Se han precisado millones de años de evolución para que de las razas originales de lobos surgiera el perro doméstico de hoy en día. Una teoría bien conocida sobre los orígenes del perro doméstico lo sitúa en los primeros asentamientos humanos, donde los lobos asiáticos buscaron refugio, hace unos 15.000 años. Los perros que evolucionaron de esos lobos asiáticos protegían los campamentos, ayudaban en la caza y eran fuente importante de carne y pieles. Al cabo de miles de años, los descendientes de éstos primeros pobladores colonizaron varias zonas del planeta y hacia aproximadamente 6.000 años, la cría selectiva produjo muchas razas caninas con prestaciones superiores para trabajos determinados. El labrador fue criado en forma selectiva por primera vez en Terranova, esta isla está situada en la parte oriental del Canadá, para ayudar a los pescadores y luego En Gran Bretaña como perro de caza.
A principios del siglo XIX había dos tipos de perros Terranova: los de tamaño grande y pelaje pesado (Terranova Mayor) utilizados como animales de tiro y recogida de redes, y los pequeños de pelaje denso que trabajaban como perros cobradores (perro de Saint John Menor). Fueron llevados a Inglaterra por los pescadores locales hasta 1885, época en que Terranova destruyó sus perros para fomentar el ganado lanar.
Los colonos ingleses se dieron cuenta de sus buenas capacidades cobradoras. El Conde de Malmesbury y el Duque de Buccleuch desarrollaron con éxito programas de crías y tuvieron un gran interés por la nueva raza creada, la «Labrador», como perro deportivo. El Coronel Peter Hawker y Lord Knutsford tuvieron también su importancia a la hora de establecer la raza y su estándar oficial.
Según esta historia, la raza se podría considerar fijada solamente a partir del siglo XX. Primero el labrador sería únicamente de color negro, apareciendo después el color chocolate y como último el color amarillo, no sabiéndose en la actualidad como se consiguió este último color.
Otra teoría de la procedencia del labrador habla de la costa norte del Portugal. Podría ser descendiente de un perro de trabajo utilizado por los campesinos de las regiones costeras del norte de Portugal «El Cao de Castro Laboreiro«. Se trata de un perro que todavía hoy se puede ver en el norte de Portugal y en las costas del País Vasco, es como si lo comparáramos a un labrador feo, sin hueso y de pésima calidad. Esta hipótesis fue apoyada por Miss Mary Roslin Williams, fundadora del criadero Mansergh, especialista en labradores negros. Según su teoría y por lo difícil que resulta fijar un manto totalmente negro en un perro sin ningún tipo de manchas, ella opinaba que los pescadores de Terranova no tenían ni tiempo ni conocimientos en genética como para cruzar adecuadamente y mantener este color negro puro.
Una vez establecida en Inglaterra sus cualidades fueron altamente apreciadas por los cazadores, ya que no solo podía coger y «cobrar» pescado, sino que se mostraba especialmente habilidoso en el cobro de patos, tanto en tierra como en agua.
El 10 de diciembre de 1870 el «Illustrate London News» publicaba un artículo acerca de los perros premiados en la exposición de Birmingham en el que se hacía el siguiente comentario acerca de los perros de Terranova expuestos allí: «… preferiríamos que fueran divididos en dos clases: por un lado el bien conocido Terranova, y por otro, el labrador de pelo negro que es una raza totalmente distinta».
El Vizconde de Knutsford es conocido como el primer criador del labrador moderno en Inglaterra, iniciando su labor en 1884. En 1904 «Munden Single», criado por él, fue el primer labrador en participar en Field Trials. En 1905 «Munden Centry» ganó el Certificado de Campeonato en la Exposición de Crystal Palace y el Certificado de Mérito en la International Gundog League Retriever Trials.
El labrador más influyente en la primera década del siglo XX fue el Campeón de trabajo «Flapper», nacido en 1902, ganador de innumerables Field Trials entre 1904 y 1908, así como extraordinario reproductor. «Banchory Bolo», nacido en 1915, fue el primer Campeón Dual de la historia de la raza.
La popularidad de la raza, tanto en el campo como en los rings, se fue incrementando a lo largo del primer tercio del siglo, y alcanzaría un punto culminante con la consecución del BIS en los crufts de 1932 y 1933 por CH. «Bramshaw Bob», propiedad de Lady Lorna Howe, quien volvería a ganar tan preciado galardón en 1937, esta vez con CH. «Cheverella Ben of Banchory». En 1938 el Rey Jorge VI expuso en Crufts a «Sandrigham Stream», labrador negro criado por su padre en 1934. El Labrador Club of England fue fundado en 1916, y aunque por entonces los labradores negros predominaban en la raza, los labradores amarillos empezaron a ser valorados.
La primera aparición de un labrador amarillo está registrada en 1899 cuando en Mayor C. Radcliffe crió dos cachorros amarillos de padres negros. Verónica Wormald es la responsable, entre otros, de la pervivencia de los hoy tan populares labradores amarillos. La «culpa» de que se les denomine así y no «dorados», «canela», «crema», «tierra», etcétera, como los profanos suelen llamarlos se debe precisamente a Mrs. Wormald, quien en 1925 quiso crear el Golden Labrador Club, denominación no aceptada por el Kennel Club, que sí reconocería el nombre de Yellow Labrador Club.
El tercer color de los labradores es el chocolate, también llamado hígado. Es la variedad menos numerosa, entre otras cosas, por las dificultades que entraña criar bien este color. Muy pocos son los labradores chocolates que han alcanzado el título de campeón, siendo el primero de ellos la CH. Inglaterra «Cookridge Tango». El labrador moderno ha sido formado como raza deportiva, para trabajar en operaciones de caza con escopeta y devolver la presa al cazador. Sin saberlo,esto ha producido una raza con otras capacidades adicionales. Los perros labrador se encuentran entre las razas de mayor habilidad olfativa y se utilizan mucho en operaciones de rescate y en la detección de drogas y explosivos. La docilidad y buena predisposición del labrador a la hora de aprender ordenes lo ha convertido en un ayudante ejemplar: en todo el mundo existen perros que ayudan a los invidentes y prestan su ayuda a personas con discapacidades físicas. Según los partidarios más conocidos de ésta raza canina, su característica más sobresaliente es su buen talante: es un perro alegre, fácil de adiestrar, amigo de la familia. Es un compañero perfecto de niños y adultos, y es por ello que su popularidad continúa creciendo.
- Los animales de compañía están considerados como una medicina preventiva. Su cuidado y el afecto hacia ellos promueven la salud y prolongan la vida. Numerosos estudios han demostrado, por ejemplo, que cuando los acariciamos la tensión arterial se reduce, además de producir efectos relajantes en nuestro organismo. Y es que, sin duda, ellos son un verdadero antídoto contra el estrés y una fuente inagotable de amor y compañía.
- Estos son algunos de los beneficios que aporta la convivencia con una mascota.
- Disminuyen el sentimiento de soledad: su presencia constante hace que las personas se sientan más confiadas, seguras y protegidas. Su compañía también estimula el contacto físico y la comunicación; casi todos los dueños le hablan a su mascota y la conversación resulta más relajante debido a una sencilla razón: los animales no juzgan a las personas.
- Incrementan la autoestima: los cuidados y atenciones que demandan las mascotas reducen los tiempos de ocio, hacen que la persona se sienta útil y generan una estrecha relación entre humano y animal, en la que ambos intercambian cariño y emociones. Son una constante fuente de motivación para su dueño.
- Los niños aprenden: la convivencia con las mascotas contribuye a que los niños aprendan valores positivos como el respeto hacia los animales y la vida, la amistad y el amor, crea sentido de responsabilidad y promueve la comunicación entre padres e hijos. Las mascotas pueden enseñar a los niños a amar. Una mascota desarrolla en el niño la sensación de ser siempre aceptado y querido.
- Mejoran el humor: ellas son una fuente de alegría y diversión para toda la familia, y con su compañía nos enseñan a disfrutar de las cosas sencillas de la vida.
- Estimulan el contacto social: tener una mascota es una buena manera de establecer contactos sociales más positivos, conociendo a otras personas con quienes compartir anécdotas y experiencias sobre ella, ampliando así el círculo de amistades.
- Ayudan a estar en forma: los perros necesitan caminar y hacer ejercicio diariamente. Compartir con la mascota y disfrutar de esta actividad hace que tanto ella como su dueño se mantengan saludables.
- Favorecen la recuperación de las enfermedades: se ha demostrado que aquellas personas que poseen mascotas se recuperan más rápido de enfermedades como infartos y de cirugías, que aquellas que no las poseen.
- Apoyan a personas discapacitadas: particularmente los perros, pueden convertirse en los ojos, los oídos y las piernas de muchas personas que padecen ciertos impedimentos físicos.
- Nos hacen más humanos: los cuidados y el amor hacia los animales nos hacen demostrar mayor empatía y actitudes positivas hacia ellos, y así aprendemos a actuar de la misma manera con las personas.
Liberan del estrés: los estudios llevados a cabo sobre personas que poseen mascotas y otras que no tienen, muestran que el primer grupo tiene estados de ánimo más altos y periodos menores de depresión.